Predicciones tempranas del HOF 2020 – Segunda parte

Francisco Marte @Porlos411

Barry Bonds
Esta segunda entrega ha tardado más de lo que esperábamos para publicarla. En la primera parte analizábamos el caso Derek Jeter. En esta ocasión revisaremos su séquito.

¿Entrará alguien más junto a Jeter?

Curt Schilling
Curt Schilling
No es una pregunta sencilla. Quien escoltó a los elegidos el año pasado fue Curt Schilling con 60.9%. El reto de Schilling es superar todo ese rechazo que ha generado su mordaz personalidad. Tiene a su favor el ingreso de Mike Mussina al salón de los inmortales el año pasado. Ambas carreras transcurrieron en paralelo. Bastantes parecidas en términos acumulativos, pero desarrolladas de formas distintas.

La carrera de Mussina se caracterizó por su consistencia de inicio a fin. Solo fue un top 3 para el premio Cy Young en una ocasión, pero recibió votos en otras ocho ocasiones. Mientras que la carrera de Schilling tuvo sus altas y bajas, teniendo un pico más alto que Mussina. Fue segundo para el Cy Young en tres temporadas, pero solo en otra más obtuvo votos. Mussina tuvo una actuación en postemporada medianamente aceptable, pero para nada comparada la de Schilling que llega a considerarse mítica. Mussina no ganó campeonatos. Schilling logró tres con dos equipos distintos, siendo parte esencial en todos ellos y MVP de Serie Mundial en una ocasión.

Pero Schilling no es Salón de la Fama, no por lo que dejó de hacer en el terreno de juego, sino por sus excesos fuera de él y sus controversias y ataques abiertos a miembros de la prensa. Eso para muchos no debería afectarle, pero otros apelan a la cláusula de integridad, carácter, bonhomía, “cheverenería” y cualquier otro término nuevo que usted desee crear y que consideran requerido para entrar a Cooperstown.

Schilling ha tenido dos traspiés en sus años en la boleta:  

  • En 2014 que fue su segundo año y donde se vio afectado por la congestión de la boleta al no ser elegido nadie el año anterior y la entrada de gente como Greg Maddux, Tom Glavine y Frank Thomas a la boleta.
  • En 2017 por ser el pico de sus excentricidades con miembros de la prensa.

Schilling consiguió 38.8% de los votos en su primer año. Solo Steve Garvey y Lee Smith consiguieron un porcentaje mayor debutando en la boleta y no fueron elegidos posteriormente por los escritores. Lee Smith fue elegido luego por el Comité de Veteranos. Para seguir con la comparación con Mussina, este consiguió apenas un 20.3% en su primer año.

Las expectativas de Schilling para su entrada al nicho son muy buenas, pero no creo que sean suficientes para entrar este año. Las heridas de los escritores parecen que necesitarán un poco más de tiempo y la falta de buenos candidatos en la boleta del 2021 puede que haga que Schilling sea favorecido el año que viene con el reconocimiento de los votantes. Para ello necesitará quedar cerca del 70% para que los indecisos o los que alguna vez le retiraron su respaldo le concedan el perdón en el 2021.

¿Qué hay con Clemens y Bonds?
Lipofsky-Roger-Clemens
Los villanos de la boleta no pueden separarse. Lo que se habla de Barry Bonds como jugador de ofensiva aplica perfectamente para Roger Clemens como pitcher. Entraron juntos en la boleta del 2013 y solo en ese primer año la diferencia de sus porcentajes fue mayor al 1%, siempre favoreciendo a Clemens. Estemos claros: estos dos no están en el Salón de la Fama por falta de números o galardones.

De acuerdo con Baseball Reference, Bonds y Clemens son cuarto y octavo en el liderato histórico de WAR, respectivamente. En jugadores de posición, Bonds es primero. En términos de pitcheo, Clemens es tercero detrás de Cy Young y Walter Johnson. Si utilizamos la versión de Fangraphs, Bonds secunda a Babe Ruth por muy poco y Clemens lidera a los lanzadores.

El Cohete ganó siete premios Cy Young con cuatro equipos distintos. El primero lo consiguió a los 23 años en 1986, año donde también fue seleccionado jugador más valioso de la Liga Americana. El último lo consiguió con los Astros de Houston, cuando estos militaban la Liga Nacional en 2004. Fue seleccionado a 11 Juegos de Estrellas. Participó en seis Series Mundiales y fue campeón en dos de ellas con los Yankees.

Bonds ganó siete premios de Jugador Más Valioso. El primero de dos con Pittsburgh en 1990 en su temporada edad 25 años y el último de los cinco con San Francisco Giants en 2004 con 39 años. Ganó 12 Bates de Plata y ocho Guantes de Oro. Único jugador con 400 jonrones y 400 bases robadas y, como si fuera poco, 500 en cada uno de esos renglones. Participó en una sola Serie Mundial, la cual perdió en siete juegos ante los Anaheim Angels en 2002.

Los mejores jugadores que hemos visto en, al menos, los últimos 50 años no están en el pabellón de los inmortales por su alegado uso de hormonas del crecimiento, en una era donde estas sustancias no estaban reguladas, pero que chocan también con esos votantes que apelan a la cláusula de integridad y carácter. Debutaron en la boleta en 2013 con 36% y 37%. Alcanzaron su máximo porcentaje el año pasado, su séptimo en la boleta con 59%.

Su primer gran salto lo tuvieron en 2016 con alrededor de 8% motivado por una purga en la lista de votantes, donde escritores con más de 10 años sin cubrir partidos fueron excluidos como electores. En ese grupo de votantes, por lo regular los más conservadores, es que jugadores como Bonds y Clemens tienen mayor rechazo. En 2017 tuvieron incrementos de alrededor 9%. En esa ocasión la chispa fue la selección de Bud Selig por el Comité del Juego de Hoy, un apéndice del Comité de Veteranos. Selig fue el comisionado en la llamada era de los esteroides y jugadores como Bonds y Clemens y la batalla de jonrones entre Sammy Sosa y Mark McGwire fueron claves para que el béisbol se levantara luego de la caída que sufrió con la huelga de 1994. Muchos escritores consideraron una hipocresía el hecho que Selig sea reconocido y los jugadores sean usados como chivos expiatorios de dicha era.

Volvamos a la pregunta. ¿Qué hay con ellos para el 2020? No mucho. En los últimos dos años sus incrementos apenas llegan al 3% y quedándoles tres años deberían tener incrementos promedios de 5% para lograr la selección. El descongestionamiento en la boleta no es algo que ayude mucho a este par. Lo que podría ayudarlos es el tiempo, en caso de que se cumpla el dicho aquel que el tiempo lo cura todo. El 2020 todavía no será su año. Creo que su máxima esperanza es llegar al 2022 y que los escritores que se han negado en votarles consideren que el castigo haya sido suficiente con que esperaran a su último año en la boleta.

¿Se convertirá Larry Walker en el primer Rocky en entrar al Salón de la Fama?
Hablemos del contexto de esta pregunta. No es solo que en Cooperstown no hay ningún jugador que en su placa aparezca con la gorra de los Rockies, sino que ningún jugador exaltado al museo ha jugado al menos un juego con dicho equipo, única franquicia con esa dudosa distinción. Los Rockies debutaron en MLB en 1993 y solo hay una franquicia cuyo último Salón de la Fama jugó antes de ese año: los Pittsburgh Pirates que cuentan con Willie Stargell (1982) como el último inmortal en jugar para ellos. Barry Bonds podría convertirse en el más reciente, siendo 1992 su último año con la franquicia.

Larry Walker está en su último año en la boleta. No empezó tan bien. En su primer año consiguió solo 20.3%, pero los nueve que consiguieron más que él ese año están inmortalizados, tres de ellos vía el Comité de Veteranos. Desde 1966, año en que las reglas de selección se fijaron de forma parecida a las que tenemos hoy, solo dos jugadores han sido seleccionados por los escritores habiendo conseguido un porcentaje tan bajo en su primer año: Bert Blyleven con 17.5% y Duke Snider con 17.0%.

Walker no solo superaría ese mal inicio, sino que también tocó fondo en 2014 cuando apenas consiguió 10.2% de los votos. Ninguno de los seleccionados por los escritores se ha visto tan bajo en un año desde 1968. En el 2018 tuvo un salto de 12.2% y el año pasado tuvo otro de 20.5% situándolo en 54.6%, por lo que necesitaría otro salto como el del 2019. Eso es mucho. Ningún jugador ha estado tan bajo en el año previo a su elección. El récord lo posee Ralph Kiner quien en 1975, su último año elegible, saltó de 58.9% a 75.4%.

Hasta ahora todo parece cuesta arriba para Walker. Veamos lo que le favorece. En la versión de Baseball Reference, los jugadores de posición con más de cinco años retirados que acumulan más WAR y no están en el Salón de la Fama son: Barry Bonds, Pete Rose, Bill Dahlen y Lou Whitaker. El canadiense ha sido castigado por haber jugado en Colorado y sus números ofensivos haber sido inflados por la atmósfera de la ciudad, pero las estadísticas de última generación certifican a Walker como uno de los jugadores más completos de la historia. Solo Bonds, Willie Mays y Hank Aaron lo superan en cada uno de los componentes de bateo, corrido de bases y fildeo del WAR.

El ingreso de Edgar Martínez el año pasado también juega a favor de Walker, ya que ambos han sido beneficiarios de las campañas mediáticas que reputadas figuras del gremio de escritores han promovido. Para cerrar con esta segunda parte de la serie de artículos referentes al proceso de elección al Salón de la Fama de este año y respondiendo a la primera pregunta que hago de si habrá un acompañante de Jeter entre los seleccionados por los escritores, doy un arriesgado sí en que Larry Walker será el otro elegido este año por la BBWAA.

En la siguiente entrega responderé sobre el resto de los candidatos. Espero sus comentarios.

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