Rivalidades en MLB - Primera parte
Francisco Marte @Porlos411
En los
deportes, uno de los aspectos más relevantes y que generan más pasiones son las
rivalidades que existen entre determinados equipos o entre jugadores. El
béisbol es rico en ambas modalidades. Están esas de los equipos, principalmente
las geográficas, como los Yankees y Red Sox que se batallan las simpatías de la
región más beisbolera de los Estados Unidos. También tenemos la de Dodgers y
Giants que se ha movido desde el estado oriental de New York al occidental de
California.
Queremos
enfocarnos en este artículo en la rivalidad entre jugadores. El afán de
determinar quién es mejor que quién da sus dividendos. El boom mercadológico
trae ventajas para la liga, equipos y jugadores. MLB constantemente tiene sus
enfrentamientos entre figuras, los cuales no necesariamente están relacionados
a que pertenecen a equipos rivales o que conlleven enemistad entre los
jugadores.
Siglo XX y sus primeras rivalidades
Las
rivalidades han existido de todo tipo y durante todo el tiempo. Empezando a
enumerar desde la primera década del siglo XX podemos encontrar a dos miembros
de la mítica combinación de doble matanzas de los Cubs Joe Tinker y Johnny Evers. Una década después brilló el pugilato entre Ty Cobb y Tris Speaker por
el dominio de la liga.
Getty Images |
Luego en la
década de 1920 surgió una de las más sonadas de la historia. Al líder
indiscutible de los Yankees, Babe Ruth, le tocó compartir la principalidad del equipo con un joven Lou Gehrig. Las diferencias en las personalidades de ambas estrellas
ocasionaron inconvenientes tanto dentro como fuera del terreno. Estos
conflictos se dieron hasta en el mismo funeral de Gehrig.
The
Yankee Clipper vs. Teddy Ballgame
Así como
Ruth dejó, por no decir entregó, el cetro a Gehrig a su retiro, el Caballo de
Hierro hizo lo mismo con Joe DiMaggio. El Yankee Clipper encontró en Ted Williams su rival, que además pertenecía a los Red Sox, principal adversario de
los Yankees. Estos dos también tenían marcadas diferencias en cuanto a
personalidad, pero a diferencia de Ruth y Gehrig, supieron llevar su
competencia de manera menos accidentada.
La
diferencia de títulos y galardones de DiMaggio le dieron la ventaja en sus
tiempos de juego. Por ejemplo, Williams ganó dos triples coronas y en otra
ocasión bateó por encima de .400, siendo el último en lograrlo y quedando líder
en cuadrangulares. En ninguno de esos años Williams fue el más valioso, siendo
DiMaggio el galardonado en dos de esas ocasiones y en el otro año fue víctima
de otro jugador de los Yankees. DiMaggio fue parte de la más grande dinastía
del béisbol de todos los tiempos. Williams nunca ganó un título. DiMaggio era
más sutil con la prensa. Williams vivía a su manera y no le importaban mucho los
medios, aunque era una persona más abierta al mundo común. Después de sus
retiros, con el tiempo Williams se colocó merecidamente en la cima de esta
rivalidad.
Esos chicos de New York
Con los años 50 vino la rivalidad de centerfielders de los equipos de New York: Mickey Mantle de los Yankees, Willie Mays de los Giants y Duke Snider de los Dodgers. Snider fue el primero en salir de la competencia, mientras que Mays y Mantle extendieron la suya hasta inicios de los 60. En este período cabe señalarse el hiato del 1961 cuando Mantle y Roger Maris protagonizaron una de las principales batallas de cuadrangulares de todos los tiempos tratando de romper la marca en una temporada de Babe Ruth de 1927. Una lucha similar se repitió en 1998 entre Mark McGwire y Sammy Sosa buscando romper el récord de Maris.
Ya a partir de los años 60 los celos en estas rivalidades fueron bajando intensidad y se centraron en el ambiente competitivo. En esa década las contiendas fueron más colectivas. El derribo de la barrera de color dio chance a la confluencia de un grupo de jardineros atléticos en la Liga Nacional. Willie Mays, Hank Aaron, Frank Robinson y Roberto Clemente protagonizaron esa competencia. También los lanzadores vivieron su momento de oro cuando Sandy Koufax, Don Drysdale, Juan Marichal y Bob Gibson batallaban por la supremacía entre lanzadores y curiosamente, todos eran de la misma Liga Nacional.
Ya en los 70, la competencia se concentró en un solo equipo, la llamada Maquinaria Roja de Cincinnati. Ahí compartieron liderazgo Joe Morgan, Johnny Bench y Pete Rose. Esos tres ganaron cinco premios MVP entre 1970 y 1976. Con Bench se dio la rivalidad alterna de receptores con el rayado Thurman Munson. Rose, por su lado y con su estilo de juego fogoso, pareció hacer rivalidad con el béisbol entero, la cual prosiguió en su tiempo como dirigente y hoy en día con su suspensión de por vida del deporte.
A finales de los setenta los antesalistas Mike Schmidt en la Nacional y George Brett en la Americana se hicieron dueños del escenario. Esta rivalidad alcanzó su pico en la Serie Mundial de 1980 donde ambos tuvieron destacadísima actuación. Esta dio paso al enfrentamiento de los finos bateadores Wade Boggs y Tony Gwynn quienes arrasaban con los lideratos de bateo de ambas ligas durante esa década.
Los hijos de papá
Llegaron los 90 y dos chicos, hijos de estelares jugadores de los 70, dominaron cada liga. Ken Griffey Jr. fue el ganador del voto popular en esta rivalidad. Barry Bonds comandaba los números, los lauros y las visitas a postemporada entre los dos. Ya en la segunda mitad de esa década fue el tiempo de los lanzadores. Greg Maddux, Roger Clemens, Randy Johnson y Pedro Martínez mostraron una superioridad tal que entran en la discusión de ser los lanzadores más dominantes en la historia del béisbol.
Luego vino Bonds de nuevo y dominó las mayores de una forma que no se había visto desde los tiempos de Babe Ruth. Junto con ese dominio de Bonds, la posición de torpederos vivió su época de esplendor. Alex Rodríguez y Derek Jeter fueron sus principales protagonistas. Nomar Garciaparra y Miguel Tejada entraban y salían como actores de reparto. Curiosamente, la competencia de los primeros dos se acrecentó cuando se convirtieron en compañeros de equipo en los Yankees y A-Rod accedió moverse a la tercera base.
Luego vino Bonds de nuevo y dominó las mayores de una forma que no se había visto desde los tiempos de Babe Ruth. Junto con ese dominio de Bonds, la posición de torpederos vivió su época de esplendor. Alex Rodríguez y Derek Jeter fueron sus principales protagonistas. Nomar Garciaparra y Miguel Tejada entraban y salían como actores de reparto. Curiosamente, la competencia de los primeros dos se acrecentó cuando se convirtieron en compañeros de equipo en los Yankees y A-Rod accedió moverse a la tercera base.
¿Qué ocurre
en la actualidad? Esa pregunta trataremos de responderla en una segunda entrega, donde también revisaremos ligeramente algunas de las rivalidades más
sonoras en otros deportes y la comparación un poquito más extensa con una disciplina
en específico.
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